Caballero del Reino de los Cielos

Parte I

26.02.2010 11:29

No se hace una revolución por sentimientos, no se hace por deseos, se hace por ideales, poner un elemento mas allá de lo que es, eso es gestar revolución, no se hace una revolución para uno mismo, sino para los demás porque el remolino necesario para revolver puede matarte, y es mejor que te mate ese remolino a que sobrevivas pero sin ideales.

Arquitectura de la revolución: la arquitectura es el proceso de transformar ideas en gráficos de construcción. El diseño grafico es similar, es transformar ideas y conceptos en gráficos e imágenes, la arquitectura de la revolución es el proceso de transformar ideas en cambios sociales y culturales, cuales serian nuestras ideas, obviamente las de la Palabra de Dios. Ella sola promueve cambios sociales a nivel interno y a nivel colectivo, cambios culturales, cambios de lenguaje de iconos, cambios en lo que perciben nuestros sentidos, que vemos, que oímos, que tocamos, que olemos, que comemos, es entonces lógico que nos enfrentemos con el principal frente de ataque de un revolucionario, la revolución con sigo mismo el combate a muerte con su alma, esto es a lo que yo llamo la revolución del sujeto, aniquilar su oscura naturaleza.

Las revoluciones giran en torno a la burocracia. Suelen ser el eje o el centro de la espiral, a veces solo se mueve alrededor y a veces buscan el camino hacia el centro, nunca el objetivo de una revolución será eliminar la burocracia ni en símbolo ni en esencia, las luchas de revolución enfocadas en la destrucción sanguinaria de la burocracia, solo lograran eliminar los símbolos de la burocracia no su esencia, y luego serán quienes se convierten en los nuevos símbolos de esta; la burocracia no puede ser eliminada, su esencia no puede morir, la revolución se plantea frente a la corrupción o mal funcionamiento de la burocracia.

Se hace necesario entonces una revolución interna, un cambio de el status quo del alma, Dios es el principal revolucionario de las almas, nos libra de déspotas demonios y espíritus tiranos que nos quieren esclavizar, pero la esclavitud más cruel es la llamada normalidad; la aparente comodidad rodeada de satisfacciones huecas.

Acostumbro vivir insatisfecho con las construcciones humanas ya que lo que Dios hizo me agrada y satisface, lo que el hombre construye debe ser reformado constantemente, debido a que pierde operancia, solo la Palabra de Dios permanece para siempre y aun lo que se reforme hoy necesitara ser reformado mañana.

La facilidad de corrupción humana nos lleva a estar en constante cambio y el cambio está sujeto a esa subjetividad de la burocracia, cada mando es una manera, es una persona, tiene cosas que nos gustan y tiene cosas que no, no se puede ir armando problema y revolución solo por subjetividades, entre nosotros siempre tendremos incongruencias, pero es necesario que nos complementemos. “la técnica aprendida no es para destruir una era vieja, es para defender una nueva” “construir una nueva era es más difícil que destruir una vieja era” Nobuhiro Watsuki. No se construye sobre la nada se debe edificar sobre solidas bases del pasado, derribar lo flojo y corrompido, pulir las piedras de antaño para poder encajar las piedras nuevas. El Señor habla de echar vino nuevo en odres nuevos, personas nacidas de nuevo, estas son las piedras, las de tiempo y que se renuevan en el Señor son las piedras de antaño que se renuevan y se pulen, esa es la labor del Arquitecto Divino él es el cemento que encaja los bloques, los nuevos con los viejos.

¿Qué mueve una revolución?

La presión insoportable, el deseo frenético de salir de la opresión, el deseo de algo nuevo, jugar con fuego tratando de esquivar el conflicto, la revolución no es el conflicto, en lo posible se debe evitar.

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